jueves, 12 de enero de 2012

TEMA 5. ESPANYA SEGLE XIX. TEXTOS.

TEMA 5. ESPANYA EN EL SEGLE XIX.
Revolució liberal a Espanya.
Como tal proceso, la revolución burguesa española tuvo sus fases y fue un proceso discontinuo e intermitente. Pero, a través de ese proceso, se produjeron bruscas mutaciones estructurales, cambios profundos que significaron la ruptura de continuidad entre el Antiguo Régimen y el Nuevo Régimen, entre dos modos de organización social. Lo específico del cambio revolucionario consistió en la liquidación de las bases del Antiguo Régimen y en la simultánea creación de unos nuevos fundamentos de la organización social, de las bases de un nuevo sistema jurídico y político. Las etapas de este proceso revolucionario fueron las siguientes:
a) El período de las frustraciones se inicia en 1808 y se prolonga hasta la muerte de Fernando VII en 1833. Durante esta fase, la ideología revolucionaria se manifiesta en textos legales radicalmente transformadores de la sociedad señorial, tales como los numerosos Decretos de las Cortes de Cádiz o la Constitución de 1812. Pero esta primera fase revolucionaria quedó eliminada tras el regreso de Fernando VII en 18 14. Desde entonces hasta 1820 volvió a imperar la Monarquía absoluta y la organización social del Antiguo Régimen, y aunque durante el Trienio Liberal (1820-1823) se restableció la obra revolucionaria de la etapa gaditana, de nuevo el restablecimiento de absolutismo durante la década 1823-1833 significó la frustración de las conquistas revolucionarias.
b) La segunda etapa de este proceso fue la más estrictamente revolucionaria y comprende los años 1833 a 1843, con el epílogo del bienio progresista de 1854-56. Es entonces cuando definitivamente se instala el Estado constitucional, se transforma el régimen jurídico de la propiedad de la tierra y se destruye la organización estamental de la sociedad.
c) La tercera fase es la etapa democrática de la revolución burguesa condensada en los años que transcurrieron desde la revolución de septiembre de 1868 hasta la restauración borbónica de 1874. En esos mismos años se promulga una Constitución profundamente protectora de los derechos individuales y se proclama el sufragio universal, ejercido por vez primera en 1891.

TOMÁS Y VALIENTE, F. 1979: Manual de Historia del Derecho español, Madrid, Tecnos, pp. 403-405.

La Constitució de 1812.
Art. 1.  La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Art. 2. La nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 3.  La soberanía reside esencialmente en la Nación y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales. [...]
Art. 13.            El objeto del gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen.
Art. 14.            El gobierno de la Nación española es una monarquía moderada hereditaria.
Art. 15.            La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 16.            La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 17.            La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en los tribunales establecidos por la ley. [...]
Art. 172. Las restricciones de la autoridad del Rey son las siguientes:
            Primera. No puede el Rey impedir, bajo ningún pretexto, la celebración de las Cortes.
            Tercera. No puede el Rey enajenar, ceder, renunciar o en cualquiera manera traspasar a otra autoridad real, ni alguna de sus prerrogativas [...].
Undécima. No puede privar a ningún individuo de su libertad.

El conde de Romanones y el caciquismo.

El conde de Romanones mantenía una correspondencia regular con sus hombres en la mayoría de los pueblos de la provincia. Estos agentes, que le organizaban las elecciones..., junto a la organización política siempre añadían las peticiones de favores, de las que Romanones tomaba nota y daba una respuesta... Junto a las peticiones individuales (plaza para un maestro, dar por inútil a un mozo para el servicio militar, puestos de trabajo en la administración...), añadían las colectivas (construcción de un puente, una carretera, mejora de una escuela, fondos para paliar los efectos de una riada...). El propio conde definió el caciquismo: “Un pueblo, por pequeño que sea, representa una fuerza electoral, y esta fuerza electoral las más de las veces depende de un solo individuo, el cual pone precio a su fuerza, traduciéndose ese precio siempre en la impunidad de sus actos”.
Javier Moreno Luzón. Romanones. Caciquismo y política liberal. Alianza, Madrid, 1998.

EL FALSEJAMENT ELECTORAL
Per fer les llistes electorals s'hi posen alguns noms veritablement perduts entre una multitud d'imaginaris i, sobretot, de difunts. La representació d'aquests últims es dóna sempre a agents disfressats de paisà per anar a votar.
L'autor d'aquestes línies ha vist repetides vegades que el seu pare, mort ja fa uns quants anys, anava a dipositar el seu vot en una urna sota la figura d'un escombriaire de la ciutat o d'un policia, amb un vestit prestat (...).
Aquest sistema d'eleccions per mitjà de la resurrecció dels morts i els agents de policia vestits de paisà no és, tanmateix, el pitjor dels mitjans utilitzats per falsejar el sufragi per part dels nostres pretesos defensors del parlamentarisme i del sistema representatiu. Afanyem-nos a dir que ordinàriament no s'acaben en aquesta aparença de respecte humà, i que el que fan és purament i senzillament augmentar el nombre de vots fins a tenir assegurada l’elecció del candidat addicte (...).
V. ALMIRALL: Espanya tal com és (1886).



La Guerra de Cuba.

Mare meua! Mare meua!
Adéu, que me'n vaig a embarcar.
Sortós serà aquell dia
que et tornaré a abraçar.
Jo que tan sols tinc mans
per guanyar-me la vida.
A guerrejar contra germans
em porten, mare estimada.
Els fills proletaris
a Cuba a morir porten
i els dels propietaris
a casa seua es queden.
Adéu, que he de deixar-te.
Mare, tu que el ser m'has dat.
Hui que podria ajudar-te
m'envien a ser soldat!...
La República Social (1897).


Tras la guerra en Cuba y Filipinas, en toda España se considera inevitable el choque con Estados Unidos... En este momento no hay más que dos soluciones:
1) Dar gusto a EEUU reconociendo la independencia de Cuba y embarcar para España ese sufrido ejército que ha dejado en la manigua una estela de huesos como recuerdo de sus desesperadas marchas...
2) Aceptar la guerra con Estados Unidos, no permitiendo por más tiempo que una nación, que cuenta con marina y pone trescientos mil hombres sobre las armas, la traten los yankees como tratarían a San Salvador o a Guatemala...
Venga en buena hora la guerra si es que EEUU han de continuar queriendo imponernos su voluntad; pero que vayan a ella todos, absolutamente todos los españoles, sin distinción de nacimientos ni de categorías.
Artículo publicado por Blasco Ibáñez en “El Pueblo”, 3 de abril de 1898.