domingo, 14 de noviembre de 2010

Apuntes arte paleocristiano

ARTE PALEOCRISTIANO


Introducción

            La expansión del cristianismo y su vinculación al poder político a partir del reinado de Constantino, y posteriormente la expansión del Islam, transformarán la sociedad del momento, que sustituye la confianza en las instituciones y en la razón, por una visión trascendente del mundo que deriva en puro “teocentrismo”.

            La creencia y la fe se imponen a los designios del hombre, a lo que también contribuye el crecimiento del poder de la Iglesia, la ruralización de la economía europea o la misma turbulencia política de la época, que hizo suya la inestabilidad y el  miedo, caldo de cultivo idóneo para la superstición y el misticismo.

            Crisis general del Imperio romano en el s.III:
-          Fragmentación del poder político.
-          Crisis de las ciudades en Occidente frente a la expansión y crecimiento de Bizancio (convertida en capital del imperio oriental en el año 330 d.C. con el nombre de Constantinopla en honor de Constantino el Grande).

La proyección de todo este cambio radical en el arte fue igualmente decisiva. Al
fin y al cabo, el arte clásico era un reflejo de aquel mundo ordenado por la razón del Hombre, que tanto griegos como romanos se habían empeñado en afirmar. Por ello se prodigaba el naturalismo y se apostaba por un acusado antropocentrismo, y todo ello, enmarcado por el señuelo de la proporción, la armonía y la perfección técnica.

Pero desaparecido el Imperio, los criterios del clasicismo se diluyen ante el empuje de una nueva mentalidad. El arte ahora será reflejo de un nuevo mundo interpretado desde la religión, acuñando una estética de la idealización, del simbolismo, de la desnaturalización de la realidad, de su distorsión incluso, como expresión de un entorno que no es de este mundo, sino reflejo del celestial.

El mismo poder político, asociado además a las instituciones religiosas, se aprovecha de esta tendencia, lo que favorece un arte de carácter propagandístico que deriva en la afectación y el hieratismo.

Como consecuencia final, el arte de la Edad Media ya no es un arte de la medida y de la realidad, sino de la idealización; ni lo es de lo concreto, sino de la abstracción; no es un arte para la afirmación de la realidad, sino para la contemplación y la interpretación, por ello es un arte de lecturas ideográficas y con un importante componente intelectual.



Las obras de arte en Europa realizadas entre el siglo V y XI reflejan el:
            1. El legado clásico grecorromano (basílicas, órdenes clásicos, columnas,
            capiteles).
            2. Cristiano:
                        - Dando un nuevo sentido a algunos temas paganos.
                        - Bizancio, difunde las plantas griegas, las cúpulas, los mosaicos
                        dorados, las artes decorativas de los pueblos bárbaros.
Todas estas herencias de Arte y Cultura, configurarán la Europa Románica del
siglo XI .


                        El primer arte cristiano


            El arte cristiano primitivo (“Paleocristiano”) sirve de puente entre la cultura clásica y la cristiana. El realismo clásico se sustituye por el expresionismo cristiano. Las figuras planas y sin fondos sustituyen a la perspectiva y al modelado.

            Las “catacumbas” con sus pinturas, copian temas de mitología romana pero les da nuevos significados. Más tarde aparecen temas y símbolos ya propiamente cristianos (temas del Antiguo Testamento). Las mejores muestras están en las catacumbas de San Sebastián, San Calixto, Santa Priscila. Estas pinturas aunque con la misma técnica que las pinturas romanas paganas se caracterizan por su anticlasicismo y su mayor expresividad.

            Edicto de Milán : 313 d.C. Iglesia Triunfal.
           

                        Arquitectura

            Basílicas: se toman como modelo las basílicas civiles romanas (al poder acoger gran número de fieles). Se convierten en el modelo a seguir en la arquitectura cristiana hasta el siglo XIX.
Su amplitud y sentido longitudinal, que tendrá un claro simbolismo dentro de la liturgia cristiana, explican su adaptación al culto de la nueva religión. La basílica se concebía como un gran lugar de reunión, alargado y dividido en naves separadas por columnas. Al fondo de la principal se ubicaba el ábside. Ejemplos:
-          “Santa María la Mayor”,
-          “San Juan de Letrán”, totalmente remodelada durante el Renacimiento.
-          “San Pedro del Vaticano”, derribada en el siglo XVI, para ser totalmente reconstruida.
-          “Santa Sabina”, (s.V ) se ha conservado sin apenas transformaciones posteriores. Consta de tres naves precedidas por un nártex. La nave central es más ancha y alta que las laterales y desemboca en un ábside semicircular localizándose allí el altar. Disposición longitudinal con un sentido simbólico “camino hacia Dios”. Construcción con mortero recubierto de ladrillo, cubiertas simples de madera. Columnas corintias reaprovechadas de un edificio del s. II d.C.

 También en esta época aparecen monumentos circulares o poligonales destinados a mausoleos o baptisterios, ejemplo el:
-          “Mausoleo de Santa Constanza”, dedicado a la hija de Constantino. En planta observamos una disposición circular, que impone por tanto un modelo centralizado. La aparición de una serie de nichos en el muro crean dos ejes visuales que complementan la concepción centralizada de la planta circular con dos líneas que recrean en abstracto una idea de cruz griega. Utilización de columnas pareadas de orden compuesto, utilización de basas clásicas, fustes de mármol y amplios entablamentos que peraltan los arcos de medio punto. Los deambulatorios están cubiertos con bóvedas de canon. La parte central se cubre con una gran cúpula hemisférica, en cuyo arranque se abren 12 ventanas en arco de medio punto. El grueso de la construcción está realizado en ladrillo, aprovechando materiales de otros edificios romanos.

-          “Santo Sepulcro de Jerusalén”, (326 – 334 d.C.), combina planta basilical y cuerpo centralizado. Tenía dos funciones, lugar de culto y elemento conmemorativo referido al lugar de enterramiento de Cristo. Constaba de un pequeño atrio que daba acceso a la basílica de cinco naves desembocando la central en un amplio ábside circular ornado con doce columnas, símbolo de los doce apóstoles y que custodiaba la cruz verdadera donde había muerto Cristo, descubierta en aquel solar por la madre de Constantino. La ornamentación era lujosa y llamativa, con columnas de mármol y capiteles dorados. El templo original sufrió numerosos incendios y destrucciones.


                        Escultura


            La religión hebraica prohibe la representación de la divinidad esto influirá en la escultura de la época. Ejemplo de la escultura de la época son los sarcófagos donde se mantiene el estilo escultórico romano, con temas iconográficos característicos junto a la representación del propio difunto, a veces acompañado de algún pariente próximo. Su imagen enmarcada en una concha o láurea constituye la conocida “imago clipeata”. Ejemplos muy importantes son:
-          “Sarcófago de los Buenos Pastores en Roma”
-          “Sarcófago dogmático o de los dos testamentos”,(s.IV d.C.) en este caso asistimos a una rica lectura iconográfica: en el nivel superior de izquierda a derecha vemos el Juicio de Salomón, Adán y Eva, el Árbol de la ciencia del Bien y del Mal, las Bodas de Caná, Multiplicación de los panes, Resurrección de Lázaro. En el nivel inferior la Adoración de los Reyes Magos, la Curación del ciego, Daniel entre los leones, la Negación de San Pedro, Milagro de la fuente. Apreciamos una composición bastante dinámica, con multiplicidad de posturas y actitudes. También se advierte cierta desproporción entre las figuras, se eluden las representaciones realistas, al tratarse de temas simbólicos. Los relieves carecen de gradación del bulto, su adaptación al marco les priva de naturalidad y movimiento, convirtiendo las figuras en efigies, como muñecos un tanto envarados.



Mosaico


            Por influencia de Bizancio, el fresco es sustituido por el mosaico. Las escenas se toman tanto del Antiguo y del Nuevo Testamento. Poco a poco se alejan de los ideales clásicos (modelado y naturalismo) que todavía son visibles en  St. Constanza de Roma del siglo IV d.C., pero ya en las figuras de San Cosme y San Damián (s.VI d.C.) ya desaparece todo el relieve para dar paso al color plano, sin claroscuros, sin perspectiva, resultando de este modo un arte muy expresivo, antinaturalista, al servicio de la fe.

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