1. Todo gira entorno de Dios
Como
el judaísmo y el cristianismo, el Islam es una religión monoteísta. Como
éstos, se constituye entorno de un libro, un libro sagrado que es palabra
de Dios. Recitando fragmentos de este libro, el creyente se encuentra más cerca
de Dios, Alá; pero el Islam es una religión eminentemente social. Sus líderes
religiosos son, también, líderes políticos. Para sus fieles, la religión es
mucho más que cuestión personal; es la
realidad entorno de la cual todo gira: individuo, sociedad, economía y
cultura; es una vivencia que abraza y unifica todas las facetas de la vida.
La
palabra árabe islam designa el acto de sumisión completa o dependencia
absoluta con respecto a
Dios. La palabra muslim o musulmán, aplicada al hombre o
mujer que se ha entregado sin reservas a Dios, proviene de la misma raíz de la
que deriva Islam: ambas
hacen referencia al creyente totalmente sometido a Alá, el invisible, el
todopoderoso, el misericordioso.
El Islam, tal vez como
ninguna otra religión, experimenta uno acelerado
proceso de expansión. En el año 1975 se hablaba de un número aproximado
de tres cientos millones de fieles; en el 2000, se habla de mil millones, con
un ritmo de crecimiento del 3% anual. ¿Qué tiene el Islam para devenir, si
todo sigue igual, la futura religión mayoritaria del planeta? |
2. Mahoma y el Corán
El libro sagrado del
Islam es el Corán.
El libro es un conjunto de suras o capítulos que describen la experiencia de revelación divina vivida por uno comerciante árabe
llamado Muhammed ibn Abdallah y conocido porMahoma (571-632). Mahoma, nacido en la
ciudad de |
En el año 622, era tan grande la oposición de los que temían ver perjudicada su situación debido a la predicación de Mahoma, que éste decidió exiliarse de
En Medina, la religión predicada por Mahona se consolidó y se constituyó como movimiento islámico organizado según criterios políticos, con una única cabeza. En el 630, gracias en les armas y a la diplomacia, retornó victorioso a
Después de su muerte, se fijó el texto definitivo de Corán. El libro, venerado
como copia terrenal del
Libro Eterno, consta de 114 suras o capítulos; su contenido es mucho más
que inspirado: fue dictado a Mahoma, palabra a palabra, por el ángel Gabriel. Los árabes que escuchaban el Corán, destinado a ser recitado más que leído individualmente (la palabra árabe Corán significa precisamente recitación), quedaban fascinados por la intensa espiritualidad y la belleza literaria que se desprendía de sus suras. Los expertos afirman que es un libro de difícil traducción puesto que en éstas no se puede apreciar la riqueza extraordinaria y la bastante seductora de este texto árabe. |
El Islam no mantuvo su unidad durante muchos años. En el mismo siglo VII se produjo una división que aún hoy perdura. Entorno de Ali, yerno de Mahoma y cuarto de los grandes califas (dirigentes religiosos y políticos), surgió la primera división; destronado y asesinato, sus seguidores formaron laChía (que quiere decir 'el partido') y serían conocidos como shiís. Los shiís si bien respetaban la Suna, no aceptaban su carácter sagrado; para ellos, la figura del imán ('aquél que se mantiene delante') es fundamental: la palabra de Imán Supremo o líder de la comunidad es infalible. Al lado de ellos, la mayoría de musulmanes, que sí reverenciaban la Suna, serían conocidos como sunnitas. Hoy en día, el 90% de los musulmanes se reconocen sunnitas, considerando que ésta es la forma original y ortodoxa del Islam.
3. Los cinco pilares del Islam
El
Islam no es una religión que sólo liga la persona y su consciencia con Dios; es
una religión social que condiciona
la persona de una forma total, tanto las relaciones con Dios como toda la
diversidad de relaciones sociales. La Xara o ley islámica impregna todos los
aspectos de la vida humana; de ninguna manera contempla una división en vida
religiosa y vida política. Da respuesta a todas las cuestiones que uno creyente
pueda formularse y, fundamentalmente, indica
el camino que, si se sigue, garantizará la propia salvación.
El
núcleo de la ley islámica se expresa en cinco
preceptos básicos, los cinco
pilares de la religión que
todo buen musulmán debe cumplir: la profesión de fe, la plegaria ritual, la
limosna, el ayuno durante el mes el ramadán y la peregrinación a la Meca.
1.
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La profesión
de fe. Ante
testimonios y en los principales momentos de la vida, el creyente tiene que
recitar la fórmula: «No existe ningún Dios excepto Dios, y Mahoma es su
profeta». Por otra parte, para devenir musulmán no existe ningún ritos de
iniciación o bautismo, sólo es preciso recitar esta profesión de fe.
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2.
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La plegaria
ritual. Cinco veces al día, a horas preestablecidas y en dirección
a
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3.
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La limosna. La limosna tiene dos modalidades: la ejercida espontánea
y libremente para agradar Dios y la reglamentada y obligatoria (zakat)
según la cual todos los musulmanes han de aportar a los pobres y a la
comunidad una décima parte de sus rentas y capital.
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4.
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El ayuno
durante el mes del ramadán. El ramadán es el noveno mes del calendario lunar y es el
mes en lo que comenzó la revelación del Corán. Desde el alba hasta el ocaso,
los fieles han de abstener de comer y beber, de fumar y de tener relaciones
sexuales.
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5.
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La peregrinación
a
|
Obviamente,
además de estos cinco preceptos básicos, la religión islámica establece otras pautas de conducta y, al mismo tiempo, mantiene
costumbres preislámicas propias de la tierra donde se formó. Como en el
judaísmo, se mantiene la prohibición
de comer carne de cerdo y la
carne de animales que no hayan sido sacrificados de una determinada manera; se prohibe beber vino y otras bebidas alcohólicas. También
está prohibido hacer imágenes de humanos y de seres vivos; Dios es el único
creador de imágenes, hacer una es querer imitar a Dios.
A
menudo se ha afirmar que el Islam tiene un carácter combativo a consecuencia de
la predicación en favor de la «guerra santa». Ciertamente, la palabra
árabe gihad se ha traducido como guerra santa;
ahora bien, este concepto significa «esfuerzo especial en favor del Islam»,
un esfuerzo dirigido tanto contra el enemigo interior, dentro de cada musulmán,
como contra el enemigo exterior, cuando el Islam se ve atacado; sólo es justa
la guerra de autodefensa
La situación de la mujer es uno de
los aspectos más polémicos. En las suras de antes del exilio en Medina,
se defiende una igualdad entre hombre y mujer muy opuesta a las costumbres
preislámicas. En las suras posteriores, se recogen posiciones patriarcales de
preeminencia del hombre sobre la mujer. Los musulmanes tradicionalistas
afirman que las suras posteriores tienen la última palabra; los reformistas,
se inclinan por la validez de les primeras, las más favorables a la mujer. El
Corán no prescribe el uso del
velo o hidjab, sólo para las esposas
de Mahoma como signo de distinción. Hoy su significado puede llegar a ser
distinto: ¿las mujeres pueden escoger, sin desagradables repercusiones, su
uso o no uso? |
El
Corán permite la poligamia,
una tradición preislámica. También lo es la agresiva ablación del clítoris, que aún
hoy, en algunas zonas de África -musulmana y no musulmana- afecta decenas de
millones de mujeres. La circuncisión,
hacia los quince años, es una costumbre extendido en los pueblos semitas: al
igual que los musulmanes, la practican también los judíos.
4. El Islam y
Occidente
El Islam, nacido del
judaísmo y del cristianismo, es una herencia del pasado muy viva hoy. En sus
primeros siglos vivió, en todos los aspectos, sus momentos más brillantes.
Al Àndalus, el esplendoroso Califato de Córdoba (929-1031), es uno de los más
conocidos testimonios. Sin la herencia musulmana, el mundo cristiano
medieval, cuna de la civilización occidental, no habría traspasado sus
propias limitaciones. |
El siglo XX ha conocido diversas actitudes e intentos de superación del sentimiento de inferioridad del mundo islámico:
a.
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Algunos dirigentes musulmanes han defendido y practicado
la occidentalización radical
considerando que la modernización pasaba necesariamente por imitar
Occidente. Así Mustafa Kemal Ataturk que con el objetivo de transformar
Turquía en un Estado nacional moderno, alejó su pueblo de su pasado otomano y
musulmán. Así Reza Pahlawi, el Xa de Persia que, desde el despotismo
político, modernizó su país reprimiendo el arraigado Islam shií;
|
b.
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Otros
optaron por una modernización que recogiese los aspectos más válidos de la
sociedad occidental, adaptándolos a la mentalidad islámica. Tal es el caso
del muy extendido socialismo
arabista, un movimiento nacionalista, anticolonialista y de izquierdas.
Es el modelo que Nasser implantó en Egipto, así como el actual régimen de
Siria y el Irak de Saddam Hussein. Desgraciadamente, estas experiencias han
derivado en dictaduras y no han conseguido sacar sus poblaciones de la
pobreza.
|
c.
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Contrastando
con estas dos actitudes, desde hace años, está creciendo una profunda tendencia islamista que ve en el retorno a la pureza del
Islam la solución de todos los problemas. Esta tendencia se manifiesta en el
generalizado resurgimiento
islámico y en el más
reducido pero más intenso islamismo
radical. Ambas comparten, en menor o mayor grado, un rechazo de Occidente
como camino para la propia afirmación.
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Respecto
al resurgimiento
islámico, se puede afirmar que en el año 2000, los países con población
predominantemente musulmana son más islámicos e islamistas, cultural, social
y políticamente, que veinte años antes. A grandes trazos, consideran que la
cultura occidental es materialista y seductora, corrupta, decadente e
inmoral; por todo esto, es preciso enfrentarse a ella. Los musulmanes están convencidos de la superioridad de
su cultura y de sus valores, pero están desconcertados por la
inferioridad de su poder.
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El
islamismo radical tiene dos variantes: la
integrista y la fundamentalista. Ambas exigen organizar la sociedad según
los viejos preceptos de la xara o ley islámica, ambas
deslegitimizan el Estado por haberse alejado de ésta. Integristas son los
Hermanos Musulmanes de Egipto, un movimiento sunnita hoy extendido a muchos
países musulmanes. Fundamentalistas son los shiís seguidores de Khomeyni o
los talibanes afganos.
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«El distanciamiento entre la
población de los países occidentales y la de los países musulmanes cada día
es más profundo. A medio plazo tal vez no sea un problema grave para los
Estados Unidos o Japón, pero sí para Europa. Son nuestros vecinos, con una
población que crece espectacularmente. Están en clara expansión en el África
Negra y en los mismos países europeos a través de una creciente y necesaria
inmigración. Poseen las reservas energéticas que necesitará nuestra economía
el siglo que viene.
Nuestra prosperidad económica y nuestra estabilidad social dependen en una gran parte del hecho que seamos capaces de establecer una buena relación con nuestros amigos musulmanes. Es urgente abrir una vía de diálogo que nos encarrile por el camino de la convivencia y de la comprensión. Sin duda, las comunidades de musulmanes que se tienen establecido en territorio europeo harán un aporte decisivo en este diálogo.» |
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