lunes, 24 de octubre de 2011

ISABEL II, 2n de Batxillerat.




LA ARTICULACIÓN DEL LIBERALISMO ESPAÑOL.



                Tras las guerras carlistas, el desarrollo político del país quedó determinado por  la presencia de tres grandes instituciones que aceptaron la monarquía constitucional isabelina: la CORONA, el EJÉRCITO y los PARTIDOS POLÍTICOS, Moderados y Progresistas. Estas tres fuerzas se encargaban de unirse para defender el sistema contra aquellos que podían ponerlo en peligro como, por ejemplo, los carlistas.

                Al margen de estas fuerzas quedaba la inmensa mayoría del país, cuyo único recurso para la acción y la expresión políticas se vio limitado a los órganos de prensa, a las tertulias o, en casos extremos, al levantamiento armado.



1.       PARTIDOS POLÍTICOS.  (Llibre i document)

2.       EJÉRCITO.

Una de las características  del ejército español durante el siglo XIX fue su constante presencia en la vida política. La guerra de la Independencia había nutrido al ejército de una oficialidad proveniente de sectores medios y populares y además proclive al liberalismo. A lo largo del reinado de Fdo. VII, la vuelta al constitucionalismo sólo fue  posible apelando al poder de las armas, vía pronunciamiento.

Las guerras carlistas hicieron que el ejército se convirtiera en la única garantía de supervivencia para el  trono de Isabel II. Además fue un apoyo indispensable para forzar a la corona a entregar el poder a moderados o progresistas, de tal modo que en 1840 el ejército, con unos cien mil hombres, era la fuerza más importante dentro del estado. Durante los veinticinco años de su reinado, Isabel II (1843-68) mantuvo un apoyo invariable a los moderados, cuyos líderes y jefes  de gobierno eran  militares. En contrapartida, para su acceso al poder, los progresistas tuvieron que recurrir  a levantamientos populares y a pronunciamientos militares protagonizados por la facción del ejército que les era fiel.

Como consecuencia la intervención militar en política se convirtió en un fenómeno crónico. Además los jefes de los partidos políticos eran altos cargos militares (Narváez, Espartero, Prim, O’Donnell) distribuidos entre las diferentes opciones ideológicas, y la sociedad, marcada por más de 30 años de guerras, se acostumbró con demasiada facilidad a solucionar sus problemas por la vía de las armas.

Pero no debemos confundir esta presencia del ejército con una dictadura militar. El ejército “únicamente” ejecuta la conspiración política, dejando posteriormente el poder al elemento civil.

               

         

3.       JUNTAS Y MILICIAS.

Las especiales características del liberalismo español provocaron que la acción política, la formación de gobiernos o el acceso al poder no vinieran determinados exclusivamente por el juego de los partidos políticos: el papel de la Corona con las enormes atribuciones otorgadas por la  Constitución, el recurso al ejército y la enorme restricción del derecho al voto, marginaron a la inmensa mayoría de la ciudadanía de la vida política parlamentaria. De esta forma, los progresistas, la burguesía urbana y liberal y amplios sectores populares recurrieron a otros mecanismos para poder intervenir-participar en el sistema. Aparecen entonces dos “figuras” que nacen durante la guerra de Independencia: las Juntas y las Milicias.

Las JUNTAS habían nacido como la organización de la población ante el vacío de poder en la guerra contra los franceses. Representaban la soberanía nacional y aparecerán de forma espontánea en momentos de crisis o descontento con la acción de gobierno proclamándose representantes de la voluntad popular.

La MILICIA surge también en 1808 y las Cortes de Cádiz la transformaron en fuerza nacional , una alternativa al ejército regular. Todos sus miembros eran iguales y la autoridad máxima dependía del alcalde del ayuntamiento correspondiente.

Ambas serán utilizadas por los progresista para movilizar a los sectores populares y forzar a la corona a llamarlos al poder. También aparecerán como movimiento espontáneo para defender cuestiones sociales y económicas: contra la subida de precios, contra los impuestos de consumos, contra las quintas, etc.



4.       LA PRENSA.

La prensa ejerció durante el siglo XIX un importante papel en la vida política española. Como en el resto de Europa, el debate de las ideas durante la implantación del liberalismo, la confrontación entre grupos políticos de diferentes visiones, o la divulgación de nuevos principios, se realizaron a través de diarios y revistas. Es paradójico porque en nuestro país el 85% de la población era analfabeta, pero era el único medio de comunicación que existía, y muchos de ellos tenían una escasa tirada y una vida efímera. Con todo, a mediados de siglo un buen número de ellos se convirtió en órganos de expresión de diversas corrientes políticas.      

                                                                                                                                                                                           

INFORMACIÓN PARA COMPLETAR.

  “EL REINADO DE ISABEL II (1833-68)”.


PARTIDOS POLÍTICOS.´


-          Partido Moderado.

o   Junto a restos de la Vieja Nobleza, el Alto Clero y Altos mandos Militares.

o   Defensores de conceder amplios poderes a la Corona (nombrar ministros, disolver Cortes, etc.).

o   Limitar los derechos individuales y Colectivos: prensa, opinión, reunión y asociación.

o   Representa la opción más clerical del liberalismo y defienden el peso público de la iglesia.





-          Partido Progresista.

o   Rechazan el papel moderador de la Corona.

o   Partidarios de robustecer poderes locales (ayuntamientos, milicias...).

o   Defensa amplia de Derechos y libertades individuales y colectivos.

o   Aceptan el Sufragio Censitario pero más amplio que el P. Conserv.

o   Su programa es el más atractivo para Campesinos, artesanos urbanos etc. por sus reformas liberales.



Ambos partidos defienden el SUFRAGIO CENSITARIO como instrumento para impedir el acceso de las clases populares a la poítica.



CONSTITUCIÓN 1845.


            Recoge las ideas básicas del MODERANTISMO:


-          Rechazo de la Soberanía Nacional.

-          Concesión de importantes poderes a la Corona: nombrar ministros, disolver Cortes, nombrar miembros del Senado, etc.

-          Aumento del Ejecutivo y disminución de las atribuciones de las Cortes.

-          Exclusividad de la religión Católica y mantenimiento del culto y clero.

-          Ayuntamientos y Diputaciones sometidos a la Administración Central.

-          Fin de la Milicia Nacional.

-          Senado no electivo, elegido por la reina.

-          Mantenimiento del articulado de Derechos y Libertades de la C.37, pero remitía a una regulación posterior.





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