85 ricos
suman tanto dinero como 3.570 millones de pobres del mundo
El 1% más
pudiente de EE UU concentra el 95% del crecimiento tras la crisis,
según Oxfam
El 80% de los
españoles cree que la ley favorece a los poderosos
CLARA
BLANCHAR Barcelona 20
ENE 2014 - 00:00 CET
La masiva concentración
de los recursos económicos en manos de unos pocos abre una brecha
que supone una gran amenaza para los sistemas políticos y económicos
inclusivos, porque favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría.
Así que para luchar contra la pobreza es básico abordar la
desigualdad. Esta es la conclusión del informe Gobernar para las
élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, que publica
hoy la ONG Oxfam Intermón.
El estudio parte de datos
objetivos de varias instituciones oficiales e informes
internacionales que constatan la “excesiva” concentración de la
riqueza mundial en pocas manos. Datos como que 85 individuos acumulan
tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad
más pobre de la población mundial. O que la mitad de la riqueza
está en manos de apenas el 1% de todo el mundo. Eso sin contar,
advierte el informe, que una considerable cantidad de esta riqueza
está oculta en paraísos fiscales.
El informe de la
organización, que será presentado en el Foro Económico Mundial de
Davos junto a un clamor para que se adopten compromisos para frenar
la desigualdad, advierte de que “las élites económicas están
secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego
económico, que socava la democracia”.
"Los
inversores se han aprovechado de los rescates", afirma el
informe
El informe va acompañado
de datos que plasman con nitidez el aumento de la concentración de
riqueza en pocas manos desde 1980 hasta la actualidad. O cómo la
concentración y la brecha siguen aumentando pese a la gran recesión
del año 2008. En Estados Unidos, por ejemplo, el 1% más rico de la
población ha concentrado el 95% del crecimiento posterior a la
crisis financiera. En Europa, los ingresos conjuntos de las 10
personas más ricas superan el coste total de las medidas de estímulo
aplicadas en la Unión Europea entre 2008 y 2010 (217.000 millones de
euros frente a 200.000).
La tibieza en la presión
fiscal a los ricos, los recortes sociales o el rescate de la banca
con fondos públicos son ejemplos de un fenómeno que es tan visible
que crece la conciencia pública del aumento de este poder. Oxfam
Intermón apoya esta afirmación en una encuesta realizada en España,
Brasil, India, Suráfrica, Reino Unido y Estados Unidos, que revela
que la mayor parte de la población cree que las leyes están
diseñadas para favorecer a los ricos. En España, el 80% de la
población cree que las leyes están hechas con este objetivo.
Sobre el caso español,
el director de Oxfam Intermón, José María Vera, afirma que el país
“no escapa a esta dinámica” y que la actual crisis se explica en
parte por ella: “Los casos en los que los intereses de una minoría
económicamente poderosa se han impuesto a los intereses de la
ciudadanía de a pie son numerosos en la historia de nuestra
democracia.
La crisis económica,
financiera, política y social que padece España hoy tiene buena
parte de su origen precisamente en esas dinámicas perniciosas donde
el interés público y los procesos democráticos han sido
secuestrados por los intereses de una minoría”.
La
organización pide que se tomen medidas contra los paraísos fiscales
Entre las políticas
diseñadas en los últimos años que favorecen a la minoría de
ricos, la organización enumera la desregulación y opacidad
financiera, los paraísos fiscales, la reducción de impuestos a las
rentas más altas o los recortes de gasto en servicios e inversiones
públicas. El informe constata cómo, en el caso de Europa, “las
tremendas presiones de los mercados financieros han impulsado
drásticas medidas de austeridad que han golpeado a las clases baja y
media, mientras los grandes inversores se han aprovechado de los
planes de rescate públicos”.
Por todo ello, Oxfam
Intermón exigirá en el marco del Foro Económico Mundial de Davos a
sus asistentes (sean particulares o representantes de Gobiernos) que
adopten compromisos en áreas como los paraísos fiscales (que no se
permita que se utilicen para evadir impuestos); que se hagan públicas
las inversiones en empresas y fondos; que respalden sistemas fiscales
progresivos; que exijan a sus Gobiernos que los impuestos se destinen
a servicios públicos o que si lo son inviertan en atención
sanitaria y en educación universales, o que las empresas que
representan paguen salarios dignos a sus empleados y los países
legislen en esta dirección, fortaleciendo umbrales salariales y
derechos laborales.
Por si a alguien se le
ocurre pensar que los planteamientos de Oxfam Intermón son utópicos,
la organización recuerda que “esta peligrosa tendencia” es
reversible y que existen ejemplos de ello. Fue el caso, recuerda, de
Estados Unidos o Europa tras la II Guerra Mundial, cuando el
crecimiento económico se compatibilizó con la reducción de la
desigualdad, o el caso de América Latina, donde la brecha ha
disminuido “significativamente durante la última década gracias a
una fiscalidad más progresiva, los servicios públicos, la
protección oficial y el empleo digno”.
El informe también
contempla ejemplos de concentración en países en desarrollo y alude
a la superminoritaria élite india, millonarios que en buena parte
han forjado sus fortunas en sectores cuyos beneficios dependen del
acceso a los servicios básicos; al poder de las élites en Pakistán
y su influencia en la manipulación legal; a la desigualdad en
África, pese a la abundancia de recursos, o a lo que llama “red
mundial de secretos bancarios”, que no es otra que la que forman
los paraísos fiscales.
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